Cultivo: Maíz
Una correcta siembra se define como aquella donde la diferencia entre la cantidad de plantas posibles de obtener y las emergidas es mínima, la separación entre ellas es uniforme y el tiempo transcurrido para emerger es el mínimo para el conjunto de la población.
Muchas investigaciones han sido realizadas sobre el tema donde los autores concluyen que las plantas tardías ven disminuido su potencial de rendimiento por no poder captar eficientemente los recursos y que este menor desempeño, que puede llegar incluso a la no producción de granos, no es compensado por el mayor aprovechamiento que puedan realizar las plantas dominantes emergidas tempranamente. Las variaciones en la producción de biomasa, ocasionadas también por siembras secuenciadas en el tiempo, tienen un efecto negativo sobre la producción de granos cuya magnitud depende de la estabilidad del híbrido.
La emergencia satisfactoria del maíz comprende una combinación de tres factores clave: el medio ambiente, la genética y la calidad de la semilla.
• Medio ambiente: Humedad, Temperatura, Residuos, Densidad del Suelo.
• Genética: vigor y tolerancia al estrés.
• Calidad de la semilla: la humedad, el secado y el acondicionamiento de la cosecha.
La genética es inherente a cada híbrido, existiendo un comportamiento diferencial en la emergencia de cada material, principalmente por tolerancia a frío. Por otro lado, las condiciones en las cuales fue cosechado el cultivo así como las condiciones de almacenamiento del grano tienen un efecto en la emergencia del cultivo.
Tanto la genética como la calidad de la semilla, no pueden ser controladas por el equipamiento de siembra, pero sí estaremos ejerciendo un impacto directo en los factores edafo-ambientales con las prácticas de manejo al momento de la siembra.
Humedad
La absorción de agua por la semilla desencadena una secuencia de cambios metabólicos que incluyen la respiración, la síntesis proteica y la movilización de reservas para completar el proceso germinativo. En el caso de que no se den las condiciones adecuadas para la germinación, la semilla se mantendrá latente durante un tiempo variable, dependiendo de la especie, hasta que, llegado un momento, pierda su capacidad de germinar.
La semilla de maíz necesita aumentar el 30% de su peso para iniciar la germinación, esta ganancia de peso dependerá de la humedad disponible en el suelo (agua útil o humedad disponible).
La capacidad de campo y el punto de marchitez determinan los límites máximo y mínimo de la humedad del suelo que puede ser utilizada por los cultivos. La cantidad de agua comprendida entre estos dos valores se define como agua útil o humedad disponible, la cual está fuertemente vinculada con la textura del suelo.